Hijas del divino salvador, HDS

Fundación

Mons. Pedro Arnoldo Aparicio, salvadoreño realiza su primera profesión salesiana en 1927. Es ordenado sacerdote en 1937. Nombrado obispo auxiliar de San Salvador en 1946. El 2 de febrero de 1949 tomó posesión de la nueva diócesis de San Vicente, de la cual fue pastor durante 34 años. Dimitió en 1983. Después de entregar la diócesis se dedicó a la animación de su Instituto. Falleció el 7 de septiembre de 1992.

Santo Domingo, departamento de San Vicente, en la navidad de 1956. El Instituto nació ante la necesidad de cubrir dos objetivos: el deseo de vida consagrada de algunas jóvenes de familias pobres, y la urgencia de la formación de maestras católicas y de catequistas en una iglesia local con pocos sacerdotes.

Mons. Aparicio presentó su proyecto a los demás obispos quienes favorecieron la iniciativa. Así en la noche de navidad de 1956, en condiciones de gran pobreza, fundó el Instituto con 5 jóvenes, llamándolas Hijas del Divino Salvador: patrono de El Salvador.

En el inicio las Hijas de María Auxiliadora ayudaron al naciente instituto, tanto en el campo de la formación como en el gobierno general, hasta el primer capítulo general en 1973.

La sabiduría práctica y la generosidad de las primeras “Hijas” favoreció un lento pero regular crecimiento del Instituto siendo apreciado por la autoridad eclesiástica por el valioso trabajo educativo realizado.

  • Reconocimiento: fue erigido como Pía Asociación: el 18 de enero de 1964. La aprobación de las Constituciones: el 8 de diciembre de 1970.

    Erección de derecho diocesano: 1972. No usan hábito religioso sino un uniforme que las distingue. Renovaban votos cada año el 6 de enero, y a partir de 1988 se comenzó a hacer la profesión perpetua.

    El reconocimiento de pertenencia a la Familia Salesiana: el 5 de febrero de 1987. La aprobación pontificia: el 4 de marzo de 1989.

  • Lema: “Oportet Illum regnare”, “Cristo debe reinar”. Es el punto de partida para la formación de las hermanas de la misión y expresa el mismo celo apostólico del “Da mihi animas” de Don Bosco.
  • Patronos: el Divino Salvador, María Auxiliadora, San José, San Juan Bosco y los otros santos de la Familia Salesiana y Santa María Goretti, heroico ejemplo para los jóvenes.
  • Difusión: (1999) las HDS son 128 (profesas perpetuas 112, profesas temporales, 16). Distribuidas en 17 comunidades, en 8 diócesis.

    Trabajan en 4 naciones: El Salvador, Guatemala, Venezuela, Bolivia y Panamá.

Misión educativa-pastoral

“Siguiendo más de cerca a Cristo y dóciles a la voz del Espíritu Santo nos proponemos realizar el proyecto apostólico del fundador: contribuir a la misión salvífica de la Iglesia, dedicándonos particularmente a la educación cristiana de la niñez y juventud, material o espiritualmente necesitada, especialmente los más pobres”.

El Instituto realiza su proyecto apostólico principalmente a través de la educación religiosa y de la catequesis, ejercitada ante todo en sus obras características: institutos educativos, colegios, escuelas, centros de catequesis, orfanatos, talleres de promoción humana y en otras obras de asistencia y promoción social, compatibles con el espíritu del Instituto.

La HDS realiza su misión con el estilo del sistema preventivo y se inspira en la caridad paciente de Dios y en la benignidad de Cristo buen pastor que nos conoce, nos llama por nuestro nombre y da la vida por nosotros. En su vida y en su acción evangelizadora y educativa tiene un rol especial María, madre y educadora de Cristo y de los cristianos. Su actitud de entrega y donación gozosa, la anima a ser como ella “Auxiliadora” de la niñez y juventud.

Rasgos más característicos

La identidad y vida de la HDS, es la de una religiosa - consagrada - evangelizadora -educadora que vive en actitud de infancia espiritual hecha de sencillez y de alegría serena. Relacionada con la espiritualidad del pesebre de Belén, enseña con su vida el mensaje de humildad, de pobreza, de no aspirar a cosas grandes, mantenerse siempre oculta, de servir a los hermanos, de abrir el alma, el corazón y los brazos a los niños y jóvenes con el estilo salesiano. Profesan una devoción especial al Niño Jesús y lo presentan a los niños/as y jóvenes como ejemplo de vida cristiana.

Plan de formación de la HDS

Su encuentro diario con Cristo la convierte en una mujer diferente de las demás personas.

Su fuerte experiencia de fe, la alegre esperanza del premio prometido y su ardiente caridad pastoral, la animan a no tener miedo de desgastar sus energías con tal de salvar las almas a ella confiada. En actitud humilde y sencilla está siempre abierta al plan de Dios, para ser orientadora,

Un elemento interesante de formación para la HDS es la colaboración con los SDB. En los diversos países donde estamos presentes, nos sentimos corresponsables con los salesianos en obras educativas como las escuelas; en centros de espiritualidad, como casas de ejercicios espirituales; en obras de promoción, como comunidades de acogida.