Hijas de María Auxiliadora, FMA

Salesianas de Don Bosco

Las Hijas de María Auxiliadora constituyen la familia religiosa nacida del corazón de Don Bosco y de la fidelidad creativa de María Dominga Mazzarello.

Los primeros pasos

María Dominga Mazzarello, primogénita de diez hijos, nació en Mornese, Piamonte, el 9 de mayo de 1837. En la familia, junto al papá José y la mamá María Magdalena, aprendió muy pronto a esperar con paciencia los milagros de la naturaleza, la sencillez y el compartir en el dolor y en la prueba, la dulzura y la serenidad de un a familia unida según las enseñanzas del catecismo y la visión de una fe fuerte.

Conocer a Dios y amarlo, sencillamente, sin muchas teorías y sermones, es el deseo de Maín, como la llamaban familiarmente en casa y en el pueblo.

Un deseo que ha crecido con ella y que, gracias a la sabia guía del P. Domingo Pestarino – el joven vicepárroco –, ha sido orientado con una propiedad sólida, concreta, unida a la vida y a la exigencias de la caridad.

Un amor atento a todas las citas del día: en la parroquia, en el trabajo, en la familia.

Un amor que nace dentro, desde que forma parte de la Pía Unión de las Hijas de la Inmaculada: desea acercar a las madres y a las jóvenes al Señor, educarlas y hablarles de Él, difundir y defender el bien.

Un amor que acepta los imprevistos de la caridad. La casa nativa es testimonio de la dedicación incondicional de María Dominga a los familiares enfermos de tifus. Saldrá triunfante en la caridad, pero disminuida en el físico. La enfermedad minará sus fuerzas desde la raíz, pero no la fuente del amor.

Los caminos del mundo

En el Colegio Mornese se acogen nuevas alumnas y, después de pocos años, se abre regularmente una escuela elemental. Don Bosco envía desde Turín profesoras y nuevas postulantes. Madre Mazzarello comprende que para un Instituto educativo es necesario personal competente y cualificado. Por eso algunas novicias y hermanas jóvenes obtienen el diploma de maestras.

La familia crece, ya es hora de emigrar. En 1874 se abre la casa de Borgo San Martino. Luego en, 1876, Valdocco, Turín, a la sombra de la basílica de María Auxiliadora y junto a Don Bosco. A los ojos de la joven comunidad se le abren no sólo los horizontes de Mornese sino también los de todos los paralelos y meridianos del mundo. En septiembre de 1877 van a Niza, Francia. Y en noviembre del mismo año, atraviesan el océano las primeras seis misioneras con destino a Uruguay. Después otras tierras, otros puertos, otras casas, otros rostros.

Cuando María Dominga Mazzarello, la cofundadora junto a Don Bosco, muere, el 14 de mayo de 1881, el Instituto tiene sólo 9 años de historia. Ella deja 26 casas, 166 hermanas, 50 novicias y 22 postulantes.

Las Hijas de María Auxiliadora estaban extendidas en Italia, Francia y proyectadas hacia la entonces lejanísima América Latina. La Iglesia en 1951 proclama a María Dominga Mazzarello, santa de dimensión cotidiana y familiar, contemplativa y activa, capaz de engendrar hijas que ya han llegado a los confines del mundo.

Otros frutos de santidad son:

Beatas:

Laura Vicuña, exalumna (3 septiembre 1988),

Sor Magdalena Morano (5 noviembre 1994),

Sor Carmen Moreno y Amparo Carbonell (11 marzo 2001),

Sor María Romero (14 abril 2002)

Sor Eusebia Palomino (24 abril 2004).

Venerable:

Teresa Valsé

Siervas de Dios:

Laura Meozzi

y María Troncatti.

Finalidad y rasgos

La educación es medio y modalidad típica de evangelización. Toda Hija de María Auxiliadora dedica la vida a Dios para los jóvenes, procurando dar calidad a su presencia con intervenciones cada vez más adecuadas a la realidad contemporánea. Elige trabajar entre los más pobres, decide estar junto a quien tiene necesidad y está marginado, acoge a los últimos como “maestros de vida”.

Entre sus servicios están:

  • El oratorio, herencia espiritual e institución salesiana exquisitamente educativa que valora todo el tesoro de los jóvenes, tiene hoy en el mundo un aspecto muy variado porque la experiencia de los orígenes ha sido releída dentro de los contextos socioculturales y de las exigencias siempre cambiantes de los jóvenes.
  • Con la escuela, de todo tipo y grado, las hermanas responden también hoy a las exigencias de una educación sistemática, de una formación crítica y, en muchas naciones, permiten a los jóvenes, sobre todo de clases populares, adquirir los instrumentos básicos para acceder a la cultura-
  • Los cursos de formación para el trabajo, organizados en forma diversa en Europa respecto a África, América Latina y Asia, expresan la atención salesiana al mundo del trabajo y la necesidad de los jóvenes de entrar con cualificación específica en los circuitos productivos de cada realidad social.
Superiora General:

La madre Madre Yvonne Reungoat es la actual Superiora General de la FMA.