21 de septiembre - San Mateo evangelista
San Mateo, hijo de Alfeo, vivió en Cafarnaún, en el lago de Galilea. Es llamado Leví por los evangelistas San Marcos y San Lucas. Fue un publicano, un colector de impuestos para los romanos. San Mateo es el octavo en la enumeración de los Hechos de los Apóstoles y en la del mismo Mateo, que cuando se nombra a sí mismo se llama "Mateo, el publicano".
San Mateo predicó varios años en Judea y en los países cercanos hasta la dispersión de los apóstoles. Escribió su Evangelio en arameo y dirigido sobre todo a los judíos.
Fue martirizado por oponerse al matrimonio del rey Hirciaco con su sobrina Ifigenia, la cual se había convertido al cristianismo por la predicación del Apóstol. Fue muerto a filo de espada cuando estaba orando al pie del altar después de misa, lo cual le vale otro de los atributos de su iconografía: la espada, que a veces se cambia por alabarda o hacha.
San Mateo, en cuanto evangelista, es representado con un libro o rollo de modo genérico. Por comenzar a narrar la genealogía humana de Jesús, a Mateo le corresponde el "rostro humano" del tercer Viviente, por ello un hombre alado es el símbolo de su Evangelio. Este simbolismo fue fijado por San Jerónimo.
La Liturgia aplica a San Mateo las siguientes palabras del libro de Esdras: "Este maestro, muy instruido en la Ley dada a Moisés por Yavé, Dios de Israel sobre él estaba la bondadosa mano de su Dios. Se había dedicado con todo su corazón a poner por obra la Ley de Yavé y a enseñar a Israel sus mandamientos y preceptos."
El hecho de haber tenido como invitado al Señor a su mesa, y el trabajo al que se dedicaba cuando fue llamado por el Señor se aluden en la liturgia de su fiesta. En la oración colecta se señala que Dios, "inexpresable misericordia", eligió a san Mateo para convertirlo de recaudador de impuestos en un apóstol".
San Mateo es patrono de los banqueros, y su fiesta se celebra el 21 de septiembre.