20 de agosto - San Samuel profeta

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En la Santa Biblia la historia de Samuel es una de las más interesantes y hermosas. Está narrada en los libros que se titulan 1º y 2º de Samuel, en el Antiguo Testamento. Era hijo de Elcaná y Ana, que fue el último gran juez de Israel y uno de los primeros profetas. Al nacer Samuel, quedó atendida la ardiente oración de Ana pidiendo un hijo. A su vez, ella mantuvo la promesa de Dios y llevó a Samuel al santuario de Siló para que le educara el sacerdote Elí. Una noche, Samuel recibió un mensaje de Dios de que la familia de éste sería castigada por la maldad de sus hijos. Al morir Elí, Samuel tuvo que enfrentarse con una difícil situación. Israel había sido derrotado por los filisteos y el pueblo pensaba que Dios no se preocupaba ya de él. Samuel le ordenó destruir los ídolos y obedecer a Dios. Samuel gobernó Israel toda su vida y bajo su mandato hubo paz. Cuando era ya anciano, nombró a sus hijos jueces y les confió su obra.Pero el pueblo no estaba contento y pidió un rey. Al principio, Samuel se opuso; pero Dios le indicó que ungiera a Saúl. Cuando Saúl hubo desobedecido a Dios, Samuel ungió a David como el rey siguiente. Todos en Israel lloraron la muerte de Samuel. Del canto de Ana podemos destacar estas palabras: "Mi corazón se regocija en el Señor, porque no hay santo como nuestro Dios, pues él da a la mujer estéril hijos. El Señor hunde en el abismo y levanta; da pobreza y riqueza; humilla y enaltece. El levanta del polvo al desvalido; alza de la basura al pobre. El guarda los pasos de sus amigos. El es un Dios que sabe; él es quien pesa todas las acciones". Samuel decía al final de su vida: "Durante 40 años los he guiado espiritualmente. Ahora les pido que su alguno tiene alguna queja contra mí, la diga claramente." (Véase 1 Samuel 1-4; 7-16; 18,18 s; 25,1).